That's all

Miranda Priestley es una mujer dura, fria, ironica y se viste de ultima temporada. Es directora de una importante revista de modas y vive rodeada de gente con buen gusto. Andrea es una chica que busca crecer dentro de una revista de donde pueda aprender a manejarse en el medio periodistico, no tiene buen gusto, lleva una feliz relacion con su novio y no le importa comerse una hamburguesa con aros de cebolla a las 7 de la mañana.

Su curriculum le permite entrar al mundo tan codicado de Miranda, no asi su singular "pinta". No usa channel y tampoco viste con prendas Prada, Donna Karan ni Versacce. Su intelecto pudo más. Sin embargo el medio la atrapó y el ritmo de trabajo de su jefa también. Su cambió fue brusco, pero todo sea por un objetivo de vida. Ahora su chaleco de lana de liquidación pasó a ser un refinado atuendo de Valentino. Sus converse ahora son Channel de color café que cubren sus rodillas y la hacen ver más alta. Su cabello despeinado y algo opaco ahora brilla y tiene un perfecto alisado. Y su amante pasó a ser de un chico de ojos verdes a un celular de última moda. Todo empezó a derrumbarse. Uno de sus "refinados" compañeros de trabajo tuvo gran influencia: "cuando este a punto de derrumbarse tu vida privada, estas lista para un ascenso". Optó por seguir su intachable profesionalismo para satisfacer sus intereses y también los de su destacada jefa. Eligió París desplazando a una chica que lo deseaba más. Y terminó su relación para pasearse por el arco del triunfo y estar sentada en primera fila frente a la pasarela más importante del planeta. Mientras su vida se iluminaba a punta de flash e insistentes propuestas que terminaron entre las sábanas, su jefa, la "mata hari" Miranda Priestley, se estaba destruyendo por el olvido de su esposo y la morbosa exposición mediatica a la que estaba exponiéndo a sus hijas gemelas. Terrible. Andrea no tolero eso y no quiso ser una segunda mujer exitosa pero llena de fracasos enmarcados en las revistas de todo el mundo. Su celular murió para siempre. Regreso a New York, recuperó a su antiguo novio y gracias a un "es la asistente que más me ha decepcionado, pero serias un imbécil si no la contratas" logró entrar en un buen periódico nacional.

Ahora. Quizás valga la pena todo el esfuerzo que hacemos con tal de lograr tener lo que anhelamos. El problema radica en que a veces suelo ver que la vida pasa y ahi estoy parado sin hacer nada. Valdra la pena el sacrificio?. No familia. Amigos nada en la semana. 0 conversación con personas, más con la almohada. El trabajo es ingrato. Eso es lo que atormenta. Lo das casi todo por él, pero es tan egoísta que no le importa lo que sientas ni quieras con tal de que él esté bien. Lo único que puedo rescatar es que si bien es una relación de amor y odio, no he llegado a amarlo porque estaria como Miranda o algún trabajólico que rie y llora por él. A veces dan ganas de escapar y mandar todo a la mierda y retomar el ritmo que tenias cuando eras un estudiante más. Cuando las responsabilidades eran mucho menores y te conformabas con salir con 2 lucas o menos plata para carretear o ir al cine!. Pero eso significa involución y no es la idea caminar en dirección inversa. La cuestión está en crecer. duela o no, ese es el tema.

De amores ni hablar. Para muchos pareces ser la persona perfecta, pero todo se esfuma cuando conocen tu ritmo laboral. No nos entienden. Creen que disfrazamos las infidelidades con horas extras o con domingos enteros sentados frente al mac. Les cuesta creer que a medida que vamos pasando el "tip top" por esos cartones para pegotear, el mismo filo pasa por las venas del corazon o de las venas sabiendo que esa tarde o ese ratito estarias llenandote de abrazos, besos y largas conversaciones, pero te das cuenta que solo estas sintiendo dobles contactos o dedos pegoteados. Es entendible que no lo entiendan, pero al menos deberian intentar comprenderlo. Asi como suenan tantos clicks y nos volamos con ideas para sorprender al mundo, también nuestro corazón hace muchos más clicks y estamos más facultados para sorprender a quien queremos al lado. Solo queda esperar que el celular suene, pero que no sea por esa maldita alarma de dia domingo que anuncie ir a la agencia o esté la voz de alguna Miranda Priestley.